“Acabo de enterrar a una personita que es mucho más que mi hijo, es la mitad de mi corazón. Es tantas cosas que no puedo describir, dolor es que sobra. Esto nunca acabará”, dijo este lunes Yoan Roque, padre del joven cubano de 18 años Aisier Roque Rivero, quien murió en una estación de Policía de Placetas, Villa Clara.
“Todo el que ha perdido un hijo sabe lo que se siente y más cuando se está lejos, que no se le puede dar un último adiós, a no ser por la cámara de un teléfono. No le pude dar un beso ni un abrazo nada. Todo el que lo conoció sabe que era alegre y sobre todo muy fuerte, a pesar de ser delgadito”, señaló el cubano que vive en Santa Cruz de Tenerife, España.
“Eso que paso dentro de los calabozos de Placetas con mi hijo y la explicación que dieron es para el bobo. Eso fue asesinato y culpo al hijo de puta del carcelero y a todos los que estaban de guardia que permitieron que lo asesinaran porque todos son culpables; unos por participar y otros por tapar lo que que hicieron a un niño de 18 años que no se deja solo en una celda”.
“Dijeron que se ahorcó con el forro de un colchón y eso es falso. Cuando ahí los colchones son de esponja y ninguno tienen forro. Eran como las siete de la noche y los colchones no los dan hasta las 10 de la noche”.
“Son muchas mentiras. Lo asfixiaron y después adornaron las cosas. Eso no es la primera vez que pasa en los calabozos”.
“Era sólo un niño. ¿Hasta cuándo? No hay justicia, no hay verdad. Todos se tapan, todos se cubren las espaldas, pero todos también tienen hijos. Hoy no será, quizás mañana tampoco pero las lágrimas que se derramaron y el dolor que nos parte el alma, ya les tocará. Ahí se los dejo, nadie es impune, nadie es intocable. Allá arriba hay un Dios. Pidan mucho, quizás los escuché pero nadie se va debiendo nada porque sino es en esta vida, es en la otra pero se cobra. Entiendan que con la familia NO, CON LA FAMILIA NO, NO NO”.
“Siempre te quisimos en la vida, te amamos demasiado. Ahora nos toca recordarte en tu muerte y olvidarte jamás. DEP, mi flaco, donde quiera que estés, te digo que Dios nos prometió que estaremos juntos en una nueva tierra y bajo nuevos cielos y que la muerte no será más. Yo confío que sí y te prometo que voy a hacer lo posible por ganarme ese lugar para estar juntos de nuevo. Te amo y siempre te amaré. Descansa mi niñito, hasta que nos volvamos a encontrar te amo, te amo”.